jueves, 1 de diciembre de 2022

FAUVES

El puente Charing Cross de Londres, André Dérain, 1906, Wikipedia.
El FAUVISMO, la pasión por el COLOR. Henri MATISSE
El primer movimiento de vanguardia del siglo XX fue expresionista, concretamente francés y fue denominado Fauvismo. Conviene subrayar que el Expresionismo fue un fenómeno único pero con dos focos bien distintos: francés y alemán, cada uno en relación con sus tradiciones artísticas, que tendrán amplias consecuencias en el desarrollo del siglo XX. Los “padres” directos del expresionismo fueron entre otros, Van Gogh, Gauguin, y Munch. Y Goya fue su precedente lejano. Buscaban “expresar” a través del arte su mundo interior. Enfatizaban la fuerza expresiva del color aplicando tonos distintos a los que pueden verse en la realidad, por ejemplo, árboles amarillo limón o rostros de color verde esmeralda. Es lo que denominamos como el uso arbitrario del color. Creían que a través de los colores podían expresar sentimientos. No buscan la representación naturalista, por ello, rechazaron la paleta de tonos empleada por los impresionistas. Al expresionismo francés se le denomina Fauvismo. No fueron un grupo como tal. No firmaron ningún manifiesto ni menos aún se presentaron como un movimiento artístico. Fueron un grupo de pintores-amigos, capitaneados por Henri Matisse, que durante un corte periodo de tiempo, -entre 1903 1907 aproximadamente- realizaron un tipo de pintura expresionista. El término fauves, que en francés significa “fieras”, responde a la ocurrencia de un crítico, Louis Vauxcelles, cuando visitaba el Salón de Otoño de 1905 en París. El Salón de Otoño de 1905 ha pasado a los anales de la historia del arte como el escenario donde los fauves se dieron a conocer. En esa muestra de 1905 varios pintores expusieron cuadros de colores muy vivos, estridentes y antinaturalistas. En una de las salas se mostraba sobre un pedestal, una escultura de aspecto renacentista y el crítico Louis Vauxcelles sentenció mordazmente: "Donatello au milieu des fauves" (Donatello en medio de las fieras). Lo de “fieras” lo explicaba el crítico por la pincelada violenta, directa y vigorosa como un brochazo de estos cuadros de chillones colores. La pasión por el color era la clave. Y así surgió este movimiento artístico denominado de forma un tanto peyorativa. Como les sucedió a otras corrientes estéticas del siglo XX, con el tiempo fue asumido por crítica público y posteriormente introducido en la historia del arte sin connotaciones despectivas. Los fauvistas, al igual que los impresionistas, amaban pintar en plein air y representar la vida moderna. Consciente o inconscientemente tenían clarísimas influencias de los postimpresionistas, particularmente de Van Gogh, Cézanne y Gauguin, pero también de los divisionistas Seurat y especialmente Signac. La temática de la pintura fauvista difiere poco de los impresionistas y postimpresionistas: retratos, bodegones, paisajes, escenas de interiores, etc. 


Los fauvistas buscaban simplificar los elementos del cuadro–de hecho en ocasiones dejan partes del lienzo sin pintar- y mostrar la máxima intensidad de sus sentimientos y emociones. Evitaban matizar los colores, utilizaban colores puros. Deseaban innovar, trasmitir vitalidad, optimismo y frescura, renunciando a la perspectiva clásica, al claroscuro y al modelado de los volúmenes. La luz tendía a desaparecer igual que la profundidad. Otra nota distintiva fue la pasión de estos artistas por el arte negro, especialmente las estatuas y las máscaras africanas. Pertenecieron a la tendencia fauve los pintores André DERAIN, Maurice de VLAMINCKRaoul DUFY, Albert MARQUET Henri MANGUIN, entre otros, siendo MATISSE su máximo exponente. La mayoría habían estudiado en el taller del simbolista Gustave Moreau en París. La trascendencia de los fauvistas será crucial para el surgimiento de vanguardias posteriores, influyendo en innumerables pintores europeos. Como ocurrió con los impresionistas, las figuras del coleccionista, marchante y crítico de arte fueron fundamentales para la valoración de este grupo artístico. Y hay que señalar que, si bien los coleccionistas más interesados en ellos fueron sobre todo alemanes, rusos y norteamericanos, los museos franceses tardaron bastante tiempo en adquirir obras de este movimiento.

Henri MATISSE (1869-1954)


El francés Henri Matisse es una de los artistas más formidables del siglo XX, una especie de alter ego de Picasso en su faceta como pintor. Matisse deseaba crear “un arte de equilibrio, de pureza, que no inquiete ni turbe”, un arte en definitiva, confortable “como un sillón”. Su pintura transmite alegría de vivir, el gozo de pintar, la pasión por el color, el optimismo, con nula moraleja política o social. Aunque fue tachado de intrascendente y decorativista, su obra causará un enorme influjo en el arte del siglo XX. 


Como Gauguin o Bonnard, estudió leyes pero en ellas descubrió que su vocación era el arte. 
Muy laborioso, trabajador y obstinado, estudió pintura en París y tuvo la suerte de ser admitido en el taller del simbolista Gustave Moreau. También copiaba libremente obras maestras del Louvre
En Londres se quedó fascinado con la obra de Turner y aunque él era del norte de Francia, le encantaba pintar el Mediterráneo de Niza (Costa Azul). Para él era una satisfacción enorme despertarse y pensar que al abrir la ventana, la luz lo inundaría todo.
Lujo, calma y voluptuosidad es una de sus obras más emblemáticas. El título alude a un poema de Baudelaire de su libro “Las flores del mal”.

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