domingo, 2 de octubre de 2022

LAS PINTURAS NEGRAS DE GOYA

Goya, el Aquelarre o el gran Cabrón, 1819-20. Museo del Prado. Pintura negra.Fuente de la imagen: Wikipedia



FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES fue uno de los grandes genios del arte de todos los tiempos.

Este pintor aragonés, artista visionario y radicalmente moderno, vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX (1746-1828). 

Goya se expresaba con un lenguaje propio e innovador y no se adscribió a ningún movimiento estético concreto: hay un Goya tardobarroco, rococó, neoclásico, romántico, preimpresionista... 

Alcanzó justa fama -"de los reyes abajo todo el mundo me conoce", decía, y fue pintor de cámara de diversos monarcas.

De carácter campechano e ilustrado al mismo tiempo, a finales del siglo XVIII (1794) se quedó totalmente sordo. Tenía solo 48 años. La sordera le aislará y propiciará que su carácter sea más avinagrado y retraído. 

Todo está en Goya, todo lo pintó: la realeza y las clases populares, el heroísmo del pueblo,  la belleza femenina, la ternura infantil, los sueños y pesadillas, el mundo interior del artista, etc. 

Contó con importantes  mecenas, comitentes y coleccionistas: reyes, aristócratas intelectuales, burgueses y eclesiásticos. 

Sus influencias fueron muy variadas, fundamentalmente la Naturaleza, Velázquez y Rembrandt. 


A partir de la década de los 90 del siglo XIX Goya exploró la parte oscura del subconsciente. Utilizaba la realidad para crear metáforas visuales, cuyo interpretación y significado en ocasiones se nos escapan.

Dentro de su producción plástica, enormemente compleja y variada, podemos destacar las célebres pinturas negras, que junto a las estampas (grabados) de Caprichos y Desastres de la Guerra se consideran precursoras del expresionismo, surrealismo y otros movimientos de vanguardia. No están exentas de polémica porque algún investigador duda que Goya sea realmente su autor.

El origen de estas pinturas -realizadas motu proprio por el artista- se encuentra en una finca que el pintor aragonés adquirió en 1819, cercana al río Manzanares de Madrid: la Quinta del Sordo

En sus paredes llevó a cabo, entre 1820-1823, un impresionante conjunto pictórico conocido como las pinturas negras. 

La denominación de pinturas negras procede tanto de la temática como del sombrío colorido presente en las 14 pinturas murales que decoraban ese edificio. 

En ellas nos muestra maldad, desesperación, amargura. 

Son expresiones pesimistas cercanas al fin de sus días marcados por la enfermedad. 

Esta exploración del subconsciente está en la base del expresionismo y el surrealismo.

Aparecieron pintadas directamente al óleo sobre la pared, el muro seco de su casa. 

Goya no dio nombre a cada una de las obras que conforman las pinturas negras: los títulos con los que hoy las conocemos fueron dados por los expertos que las investigaron.

A partir de 1874 fueron trasladadas a lienzo. Hoy se conservan en el Museo del Prado. 


 


Saturno es quizá la Pintura Negra más célebre. Es de un dramatismo feroz. En esta obra la referencia mitológica puede ser interpretada como una alegoría del miedo a perder el poder,  porque Saturno devoró a sus hijos, sabedor de que ellos se lo iban a arrebatar. Se ha llegado a decir, que más que devorar a un hijo, es una hija, por sus curvas anatómicas.





En el Aquelarre, aparecen brujas y brujos de rasgos animalescos. Son imágenes sombrías, de pesadilla y alucinación, de fuerte carga expresiva.

Perro semihundido es el mejor cuadro de la historia del arte para el pintor Antonio Saura.





En conclusión, las pinturas negras muestran un mundo feroz y descarnado, claro precedente del arte de vanguardia del siglo XX.

 

PARA SABER MÁS


Introducción a Goya en este enlace.

 










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