Esta lámina nos muestra una imagen de la impresionante obra “NOCHE ESTRELLADA” de VINCENT VAN GOGH.
Este cuadro, que es un óleo sobre lienzo de pequeño formato, se conserva en el MUSEO MoMA de Nueva York.
"Noche estrellada" está fechada en el siglo XIX (1889), por lo tanto pertenece al arte contemporáneo. Fue pintada en el mismo año en el que se arrancó el lóbulo de una oreja tras una discusión con Gauguin y fue también meses antes de su suicidio en la Provenza francesa.
ESTILÍSTICAMENTE corresponde a la corriente pictórica denominada POSTIMPRESIONISMO. En efecto, el término Postimpresionismo fue acuñado por el crítico de arte Roger Fry en 1910 para denominar los estilos pictóricos de finales del siglo XIX e inicios del XX que se suceden tras el Impresionismo. Fry creó esta denominación con motivo de la exposición celebrada en ese año en Londres con pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh. Los postimpresionistas se habían formado en el impresionismo, pero superan sus investigaciones y contribuyen a importantes avances en el arte del siglo XX. En realidad sus personalidades y su manera de entender la pintura presentan enormes diferencias, pero todos compartieron los inicios en el impresionismo y la reacción contra él. Sobre sus conquistas (tintas plantas, color arbitrario con fines simbólicos o expresivos…) se fundarían además los desarrollos de fauvistas y cubistas de inicios del siglo XX. Aunque los postimpresionistas basaron su obra en el uso del color experimentado por los impresionistas, reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo.
Dentro del panorama pictórico postimpresionista, VAN GOGH (1853-1890) es una de sus figuras más destacadas.
Fue un pintor holandés que encarna el prototipo de artista incomprendido en vida y reivindicado hasta el paroxismo por la posteridad. Hoy nadie duda de su genialidad, pero cuando murió, Vincent van Gogh era casi un perfecto desconocido en el mundo de la pintura.
Nació en el seno de una humilde familia de origen protestante, tuvo veleidades místicas (llegó a estudiar teología y fue evangelizador de mineros en Bélgica) y trabajó en una galería de arte así como dando clases de francés. Fue un pintor muy prolífico:
llegó a realizar 900 cuadros (27 de ellos autorretratos) y 1.600 dibujos, además de escribir 800 cartas, 650 de ellas a su hermano Theo Van Gogh. Pero sólo vendió un cuadro en su vida, la viña roja. Hoy en cambio, la venta de sus obras alcanza cifras astronómicas en las subastas.
Su talento fue inconmensurable pero fue un incomprendido.
De fuerte carácter y salud quebradiza, a sus problemas mentales -¿esquizofrenia?- y continuas depresiones se le unieron la sífilis, epilepsia, etc.
Gozó en su vida del apoyo incondicional de su queridísimo hermano Theo del que dependía económicamente.
Vivió en París -donde conoció a los grandes pintores impresionistas y postimpresionistas- pero prefirió la tranquilidad del sur de Francia (Arles, la Provenza). En Arles trabajó con Paul Gauguin con el que tuvo fuertes discusiones. En esta ciudad a Van Gogh le conocían como el “loco de pelo rojo” (Lust for life, 1956), nombre también de una formidable película, protagonizada por Kirk Douglas sobre este genial artista.
Fue un pintor holandés que encarna el prototipo de artista incomprendido en vida y reivindicado hasta el paroxismo por la posteridad. Hoy nadie duda de su genialidad, pero cuando murió, Vincent van Gogh era casi un perfecto desconocido en el mundo de la pintura.
Nació en el seno de una humilde familia de origen protestante, tuvo veleidades místicas (llegó a estudiar teología y fue evangelizador de mineros en Bélgica) y trabajó en una galería de arte así como dando clases de francés. Fue un pintor muy prolífico:
llegó a realizar 900 cuadros (27 de ellos autorretratos) y 1.600 dibujos, además de escribir 800 cartas, 650 de ellas a su hermano Theo Van Gogh. Pero sólo vendió un cuadro en su vida, la viña roja. Hoy en cambio, la venta de sus obras alcanza cifras astronómicas en las subastas.
Su talento fue inconmensurable pero fue un incomprendido.
De fuerte carácter y salud quebradiza, a sus problemas mentales -¿esquizofrenia?- y continuas depresiones se le unieron la sífilis, epilepsia, etc.
Gozó en su vida del apoyo incondicional de su queridísimo hermano Theo del que dependía económicamente.
Vivió en París -donde conoció a los grandes pintores impresionistas y postimpresionistas- pero prefirió la tranquilidad del sur de Francia (Arles, la Provenza). En Arles trabajó con Paul Gauguin con el que tuvo fuertes discusiones. En esta ciudad a Van Gogh le conocían como el “loco de pelo rojo” (Lust for life, 1956), nombre también de una formidable película, protagonizada por Kirk Douglas sobre este genial artista.
Durante toda su vida se enorgulleció de ser un autodidacta. Entre sus influencias descuellan el pintor holandés Rembrandt y las estampas japonesas, que fueron cruciales en su producción.
Su fama creció rápidamente después de su muerte. Puso fin a su vida en 1890. Al parecer, sus últimas palabras fueron “la miseria no acabará nunca”.
Su fama creció rápidamente después de su muerte. Puso fin a su vida en 1890. Al parecer, sus últimas palabras fueron “la miseria no acabará nunca”.
El cuadro que analizamos, NOCHE ESTRELLADA, es una de las obras maestras y más misteriosas de Van Gogh.
A diferencia de muchas otras de sus producciones, este lienzo fue pintado de memoria y no a la vista del correspondiente paisaje como era su costumbre, es decir, no fue realizado en plein air. En plein air solían pintar los impresionistas y los postimpresionistas. Por lo que sabemos, fue pintado motu proprio, no fue fruto de ningún encargo.
A Van Gogh le encanta representar en sus cuadros la naturaleza, retratos, objetos y lugares cotidianos (como sus botas o su habitación).
A diferencia de muchas otras de sus producciones, este lienzo fue pintado de memoria y no a la vista del correspondiente paisaje como era su costumbre, es decir, no fue realizado en plein air. En plein air solían pintar los impresionistas y los postimpresionistas. Por lo que sabemos, fue pintado motu proprio, no fue fruto de ningún encargo.
A Van Gogh le encanta representar en sus cuadros la naturaleza, retratos, objetos y lugares cotidianos (como sus botas o su habitación).
En este caso, en Noche estrellada nos muestra un espectacular PAISAJE NOCTURNO localizado en la localidad provenzal de Saint-Rémy. Escenas nocturnas ya había pintado en otras ocasiones, por ejemplo, Noche estrellada en el Ródano. En esta ocasión, sabemos que pintó esta obra durante su etapa de reclusión en un hospital psiquiátrico de esa ciudad.
La noche le había atraído siempre, especialmente porque se trataba de una luz diferente a la que se había empleado hasta esos momentos. Su mayor logro fue conseguir pintar un cuadro nocturno en el que el protagonista no es el color negro.
Muestra en imágenes lo que contempla desde su ventana: un cielo atravesado por once estrellas con halos de luz y dos nebulosas en forma de espirales de trazo nervioso. La luna parece más un sol radiante que el astro nocturno. Sobre la línea del horizonte se extiende un ancho sendero luminoso.
El cielo es el verdadero protagonista de la obra pero sobre él -que ocupa buena parte del cuadro- destaca en un primer plano un ciprés de formas flamígeras.
En un segundo término se aprecia la silueta de un pueblo–parcialmente inventado- con la larga aguja de la torre de la iglesia, que evoca la arquitectura de su tierra natal, Holanda, presidiendo el conjunto. Las líneas del contorno de los edificios están marcadas con gruesos trazos de tonos oscuros, igual que las montañas.
La PINCELADA es muy matérica, suelta y rugosa, de líneas sinuosas que nos remiten en sus formas al Modernismo -como veremos también en algunas obras de Toulouse-Lautrec-.
COMPOSITIVAMENTE, establece un juego entre las horizontales que marcan la parte terrenal del cuadro y las celestiales con formas en espiral.
Van Gogh usa de forma un tanto arbitraria el color, claro precedente del Fauvismo del siglo XX. Recordemos que el pintor holandés concedía una gran importancia al color como recurso expresivo, siguiendo el camino abierto por los artistas románticos como Delacroix, al que siempre admiró. Los tonos, muy vibrantes y expresivos, son comunes a todas las obras de la etapa final de Van Gogh: malvas, morados y amarillos que muestran el estado de ánimo eufórico del artista en esa época, aunque da la impresión de predecir la grave recaída que tendrá Vincent pocos meses después. El verde de los cipreses y los amarillos del cielo y de las ventanas contrarrestan la fuerza del color azul que lo invade todo. Por lo demás, a pesar de ser una escena nocturna, es un cuadro que emana una LUZ que lo inunda todo.
La noche le había atraído siempre, especialmente porque se trataba de una luz diferente a la que se había empleado hasta esos momentos. Su mayor logro fue conseguir pintar un cuadro nocturno en el que el protagonista no es el color negro.
Muestra en imágenes lo que contempla desde su ventana: un cielo atravesado por once estrellas con halos de luz y dos nebulosas en forma de espirales de trazo nervioso. La luna parece más un sol radiante que el astro nocturno. Sobre la línea del horizonte se extiende un ancho sendero luminoso.
El cielo es el verdadero protagonista de la obra pero sobre él -que ocupa buena parte del cuadro- destaca en un primer plano un ciprés de formas flamígeras.
En un segundo término se aprecia la silueta de un pueblo–parcialmente inventado- con la larga aguja de la torre de la iglesia, que evoca la arquitectura de su tierra natal, Holanda, presidiendo el conjunto. Las líneas del contorno de los edificios están marcadas con gruesos trazos de tonos oscuros, igual que las montañas.
La PINCELADA es muy matérica, suelta y rugosa, de líneas sinuosas que nos remiten en sus formas al Modernismo -como veremos también en algunas obras de Toulouse-Lautrec-.
COMPOSITIVAMENTE, establece un juego entre las horizontales que marcan la parte terrenal del cuadro y las celestiales con formas en espiral.
Van Gogh usa de forma un tanto arbitraria el color, claro precedente del Fauvismo del siglo XX. Recordemos que el pintor holandés concedía una gran importancia al color como recurso expresivo, siguiendo el camino abierto por los artistas románticos como Delacroix, al que siempre admiró. Los tonos, muy vibrantes y expresivos, son comunes a todas las obras de la etapa final de Van Gogh: malvas, morados y amarillos que muestran el estado de ánimo eufórico del artista en esa época, aunque da la impresión de predecir la grave recaída que tendrá Vincent pocos meses después. El verde de los cipreses y los amarillos del cielo y de las ventanas contrarrestan la fuerza del color azul que lo invade todo. Por lo demás, a pesar de ser una escena nocturna, es un cuadro que emana una LUZ que lo inunda todo.
El cuadro podría titularse también “la calma que precede a la tempestad”: aunque parece que esté impregnado de paz, se anuncia ya en múltiples detalles como en la pincelada, la tormenta psicológica que se avecina. Las estrellas y la luna son presa de una intensa agitación. Los cipreses, en primer plano, se elevan al cielo como si se tratase de violentas llamas mientras los remolinos celestes parecen presagiar un cataclismo.
En el verano en el que pintó este cuadro, Van Gogh le escribió a su hermano Theo: “Los cipreses me preocupan constantemente. Quisiera hacer con ellos algo como en las telas de los girasoles, porque me sorprende que nadie los haya representado todavía como yo los veo. En cuanto a líneas y proporciones son tan bellos como un obelisco egipcio”. También dejó escrito “mirar a las estrellas me hace soñar”.
LA FUNCIÓN Y POSIBLE SIGNIFICADO de Noche estrellada es la plasmación del mundo interior y de su estado de ánimo. Es la utilización del arte como vehículo de expresión y comunicación del artista. Es por tanto un claro precedente del expresionismo. No es una pintura que pretende ser realista.
Sobre esta obra el cantante Don Mclean llegó a escribir una canción de éxito –Vincent (1971)- que empieza precisamente con una referencia a este cuadro: Starry night.
En CONCLUSIÓN, esta obra maestra de Van Gogh, que hemos de poner en relación con otras pinturas de temática nocturna de su producción como “Noche estrellada sobre el río Ródano” o “Café nocturno en Arles” guarda muchas concomitancias con Gauguin. La trascendencia de Van Gogh en la historia del arte ha sido profunda. Su obra ejercerá un enorme INFLUJO en muchos movimientos de vanguardia desde el simbolismo hasta el expresionismo o incluso la pintura abstracta.
Detalles de La noche estrellada de Van Gogh
Café nocturno de Arles, Van Gogh, Kröller-Müller Museum, Holanda; Dibujo de Van Gogh que representa la noche estrellada.
Noche estrellada sobre el río Ródano, Van Gogh, Museo de Orsay, Paris
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