Con el término EXPOSICIONES UNIVERSALES denominamos las muestras internacionales surgidas en el siglo XIX con la finalidad de mostrar al público los avances técnicos y materiales ligados a la revolución industrial y al comercio. Estas mega-ferias de exposiciones tuvieron grandes repercusiones en las Bellas Artes, convirtiéndose en acontecimientos de profunda relevancia política, económica y social. Organizar una Exposición Universal era todo un privilegio que otorgaba prestigio a la ciudad que la organizaba así como una fuente de modernización económica y de mejoras de las infraestructuras ciudadanas.
Las exposiciones universales se basaban en la tradición francesa de las ferias industriales nacionales como la que tuvo lugar en París en 1844, que generó imitadores. En verdad, la primera la exposición universal tuvo lugar en Gran Bretaña, concretamente en 1851 en Hyde Park, Londres. Luego seguirían otras en París, 1867; Viena, 1873; Filadelfia, 1876; París, 1878; Melbourne, 1880 y Barcelona en 1888.
En la Exposición Universal de 1851 de Londres, Joseph PAXTON construyó un edificio, que desgraciadamente no se ha conservado, llamado CRYSTAL PALACE (Palacio de Cristal): fue la primera construcción modular realizada enteramente con hierro y cristal, inspirada en la arquitectura de los invernaderos. Fue el asombro de todo el mundo y se construyó en un tiempo record.
Tuvo un gran éxito y se convirtió en una tipología de edificio imitado en toda Europa. Este edificio fue el precursor de la arquitectura prefabricada, y con él se demostró la posibilidad de construir edificios bellos en hierro. Y es que la ventaja de este material era evidente: más resistente que la madera y prácticamente indestructible, el hierro permitía concebir enormes estructuras, impensables con los materiales tradicionales (piedra y ladrillo).
En ESPAÑA tenemos numerosos ejemplos de arquitectura de hierro y cristal que siguen la influencia del Crystal Palace de Londres: estaciones de trenes (Atocha), el palacio de cristal del Retiro (Madrid), mercados (del Puerto y Vegueta de Las Palmas), bibliotecas, viaductos, puentes, salas de exposiciones, palacios invernaderos, etc.
En Barcelona tuvo lugar en 1888 una Exposición Universal que fue un gran éxito. Supuso la modernización y embellecimiento de la ciudad, ligada a un nuevo estilo que será definitorio en ella: el Modernismo.
Esta exposición fue organizada por la burguesía catalana y contó con el apoyo tácito de la monarquía. En ella participaron 22 países.
En 1889 se celebró en París una Exposición Universal conmemorativa del centenario de la Revolución francesa, cuya puerta-arco de entrada fue la célebre TORRE EIFFEL.
La torre que servía de acceso a la exposición fue en principio una arquitectura efímera que debía desmontarse una vez acabada la exposición pero que hoy sigue en pie y es el símbolo de París. Es el paradigma del triunfo de la civilización industrial, del progreso y la tecnología del siglo XIX.
Fue el primer edificio construido únicamente en hierro y se levantó en sólo dos años porque se utilizaron piezas metálicas prefabricadas. La torre Eiffel tiene forma de pirámide con las caras cóncavas. Consta de cuatro patas arqueadas que se estrechan hacia dentro formando una sola columna. Inicialmente medía 300 metros de altura, pero, en la actualidad, su altura es de 320 metros porque sobre ella se han instalado antenas de radio y televisión.
Ha sido definida como “una especie de tela de araña transparente”. El color original de la torre fue el amarillo, aunque hoy en día no quede nada de él. Es pura estructura, no se la recubrió con ningún material.
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